De resentir y otras yerbas

De resentir y otras yerbas

Transformación personal y crecimiento

La sombra del resentimiento tejió su presencia en mi vida de maneras sutiles pero impactantes. Conocì el coaching ontológico, y ahì descubrí que había sido sistemáticamente víctima del resentimiento (obvio que el propio) aprendido en casa, donde esta carga emocional persistía; no se olvidaba ni perdonaba, se revivía el pasado para alimentar el dolor o se negaba .

La distinción del resentimiento se convirtió en un faro de luz. Entendì que perdonar era asumir que habìa dolido, que asì habìa sido, y que necesitaba con mi alma avanzar, opté por no ser definida por las heridas del pasado, aunque no sè si se puede, al final tambièn soy mi pasado. Cada experiencia dolorosa, aunque inalterable, se transformó en un puente hacia crecimiento personal.

En este viaje, me enamorè de la herramienta de la conciencia corporal. Aprendo a escuchar las señales físicas que indican la presencia del resentimiento. Al reconocer esas sensaciones, tuve la oportunidad de abrazar y procesar esas emociones. Para mì la clave es convertir la información corporal en una brújula de autocomprensión, lejos de juicios morales o recomendaciones. Cada cual tiene su propio territorio a explorar.

Este blog es un rincón para compartir experiencias. De como moldeamos nuestras perspectivas y cómo comprendiendo ese moldeado, podemos cambiar la historia. La conciencia corporal puede tambièn ser una aliada, permitiéndonos no solo comprender, sino también transformar la relación con el resentimiento y descubrir un camino hacia la evolución personal.

Escuchar el cuerpo puede ser una práctica amorosa. Cuando un evento actual nos transporta al pasado, dar espacio a esas sensaciones corporales con la mayor ternura. Practicar la autocompasión y la autoaceptación, reconociendo que esas experiencias son parte de la historia, pero no definen el presente.

Compensar lo que no pudimos manejar implica acciones amables. Son pequeños gestos de amor propio, como tomarnos un momento para respirar profundamente, escribir en un diario o compartir con alguien de confianza. Concentrarnos en cuidar mi bienestar emocional, priorizando actividades que traigan alegría y tranquilidad.

Cuando el cuerpo se siente atrapado en el pasado, recuerdar que ese momento ya pasó. Practicar la atención plena para anclarnos en el presente. Mirarnos con compasión, entendiendo que el autocuidado es esencial. Aprender a ocuparnos de nosotros de manera gentil, reconociendo que cada paso hacia el bienestar emocional es un regalo de amor que nos damos.

Es valioso reconocer que la práctica de escuchar al cuerpo y elegir conscientemente es un proceso cotidiano lleno de altibajos. Aceptar esos momentos en los que el látigo automático puede surgir es parte integral del crecimiento personal. Lo esencial radica en la habilidad de levantarme con mayor elegancia cada vez, aprendiendo de esas experiencias y cultivando la autocompasión. Cada paso en este camino de autodescubrimiento y elección consciente contribuye a la evolución personal.

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